Ana
Fontalba
Córdoba, 1992
La lírica y la narrativa breve son sus formas habituales de creación literaria. Es profesora de Lengua en Secundaria y Bachillerato
Bio
Nací en Córdoba y en verano, donde he sido niña y joven. Como muchos, crearía mis primeros poemas (o relatos) sin boli, sin papel y sin darme cuenta; la escritura vino después, algo pura, algo frívola y, sobre todo, desesperada. Desde entonces, está conmigo y viene siempre que la necesito.
Estudié Filología Hispánica en la Universidad de Córdoba, donde conocí a otros y otras como yo. En 2013, fui finalista del I Certamen Ucopoética, y los versos que creé y trabajé en el correspondiente taller de creación impartido por Javier Fernández se recogen en la antología El pájaro y el ahorcado (La Bella Varsovia, 2013), junto a los de mis compañeros de esta primera edición del certamen. En 2016, Patricia Luque Castillejo, Alba Moon y yo creamos la asociación poética y feminista DesnudArte Creando, con el fin de dar voz a la literatura de mujeres y a nuestras propias creaciones. Actualmente, llevo la Literatura (y la Lengua) a las aulas de un instituto en la provincia de Cádiz.
Instagram y Twitter: @Ana_LaMala
Poemas
No sabes cuánto agradezco
(con mis manos que ya crean y creen)
Este suelo que no has pisado
(y cada paso es un amanecer)
Este timbre al que no has llamado
(la paz de saber que no eres tú)
Esta puerta que no te abriré
(hoy soy la guardiana de mis palabras)
Esta cama en la que no has dormido
(mi almohada no conoce el frío)
Estos ojos que no te miran
(limpios, con pestañas nuevas, a estrenar)
Y esta sonrisa de la que
(en este espejo)
Ya no
Eres culpable
(no te conoce)
Bien sé ya que este viejo llanto
no hierve por esa boca, ni siquiera por aquella,
por ninguna de las bocas que se me negaron,
por ninguna de las que en el balcón esperaban mis besos.
Hoy mi pecho cruje por todas las bocas del mundo,
por todas,
en las que no hallaré jamás consuelo.
Este dolor que hoy he escuchado,
este sollozo que se rebela contra mi cuerpo
es mi pena negra,
con su melodía vieja,
oscura y cierta.
(Se lamenta y se queja
porque solo quiere
que la dejen en paz)
Lo que hoy retumban son ecos
de estos ojos opacos dando palos de ciego
de un lado a otro de las calles.
Conocen ya la única verdad
y son incapaces
de ver más allá.
(¿Acaso hay más allá?)
Y en el abismo mi cuerpo
se resquebraja y se rompe
porque no conoce estos versos;
pero los intuye, los siente.